jueves, 16 de octubre de 2025
Por fin, cerca del mediodía, el camino rural dio paso a una carretera de balasto. No terminó o se cruzó con esta carretera, simplemente pasó de un par de huellas en el pasto a lo otro. Todavía no sabía a dónde se dirigía, pero se recordó que tenía suficiente nafta para un largo trecho, y como no alcanzaba grandes velocidades el ahorro era mayor. El cielo se había nublado. Se detuvo a comer las ciruelas que había comprado en el almacén de la muchacha. Y por primera vez esa mañana pensó en ella. Aún recordaba su perfumo impregnado en su ropa.
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